sábado, 18 de julio de 2009

Desinfección y resistencia: ¿realmente la rotación es el camino a seguir?

Tomado de WattPoultry.com

La desinfección inadecuada puede tener enormes implicaciones en costo. Pero, ¿cuál es la mejor estrategia para garantizar que se haga bien el trabajo?

Necesito rotar el desinfectante? Esta es una pregunta legítima que se puede hacer el avicultor, especialmente conforme se concientizan de la necesidad de rotar otros productos que usan para el control de enfermedades para evitar que se desarrollen problemas de resistencia.

Está bien comprobada la necesidad responsable y comprensible de rotar los coccidiostatos y antibióticos en el sector avícola para evitar la resistencia en el desarrollo de las coccidias y bacterias. Así que ¿lo mismo aplica para los desinfectantes utilizados para combatir las enfermedades virales y bacterianas?

La respuesta radica en cómo reaccionan los organismos dañinos a los diferentes productos y químicos con los que repetidamente entran en contacto. Para ciertos antibióticos y coccidiostatos, los organismos pueden neutralizar sus efectos mediante el cambio de la forma en que crecen y se desarrollan, de tal manera que prosperen las poblaciones resistentes.

Tipos de resistencia

Para poder entender la situación, es necesario considerar los posibles tipos de resistencia que se pueden desarrollar. Se pueden describir como resistencia innata o adquirida.

La resistencia innata es la capacidad integrada de un patógeno de resistir la exposición a una clase particular de desinfectantes. Por ejemplo, se ha mostrado que algunos virus son altamente resistentes a muchos desinfectantes, entre los que se incluye el cloro, yodo, aldehídos, fenólicos, compuestos de amonio cuaternario (CAC) y álcalis, pero son susceptibles a desinfectantes oxidantes a base de peroxígeno.

La resistencia adquirida sucede cuando un patógeno que previamente era susceptible a una clase o grupo de desinfectantes se hace menos susceptible a estos compuestos debido a la exposición repetida a ellos.

La clave para controlar la resistencia innata y el potencial de selección de patógenos que son resistentes a ciertos desinfectantes es bastante sencilla: escoja desinfectantes oxidantes a base de peroxígeno con un espectro de actividad tan amplio como sea posible.

Este espectro, y de ahí la selección, debe basarse en los resultados de pruebas sólidas, relevantes e independientes. Luego, es básico garantizar que se use correctamente el agente de amplio espectro y que se evite todo factor externo que pueda afectar su actividad.

Factores externos que aumentan la resistencia

Hay una serie de factores externos que podrían incrementar el desarrollo de la resistencia a un desinfectante. La capacidad de un desinfectante de funcionar bien, a pesar de estos factores, va a contribuir al valor de su uso diario.

La temperatura es un factor importante. Está bien establecido que la eficacia de los desinfectantes puede disminuir conforme disminuya la temperatura. Por el contrario, puede mantenerse la actividad de un desinfectante oxidante a base de peroxígeno contra varios virus a 4C.

Los altos niveles de desafío orgánico residual van a interferir con la capacidad del desinfectante de eliminar patógenos y de ahí llevar a problemas de resistencia "aparente". Por lo tanto, es esencial limpiar a fondo antes de la desinfección, en lo que se ha mostrado que el uso de detergentes industriales puede formar parte integral del proceso.

Sobre este comentario, es importante darse cuenta de que los diferentes fabricantes mencionan los datos de pruebas de eficacia que usan diferentes niveles de simulación de desafío orgánico. Debe tenerse esto en cuenta cuando se elija un desinfectante.

El error humano puede ser también una causa importante de problemas de resistencia aparente con los desinfectantes. Esto puede incluir factores tales como un mal mezclado, dilución inadecuada del desinfectante, tasas imprecisas de aplicación y permitir el uso de agua dura. La evaporación rápida de las superficies en climas cálidos puede ser también un factor significativo.

También puede llevar a problemas si no se deja que haya un tiempo adecuado de exposición. Aquí va a ayudar el uso de un desinfectante que elimine más rápidamente con pequeños incrementos en la concentración, otra razón de escoger desinfectantes oxidantes a base de peroxígeno que demuestren una actividad más rápida.

Resistencia adquirida

El desarrollo de la resistencia adquirida a los desinfectantes es un área de creciente interés para los investigadores. Hasta hace poco, la resistencia adquirida se había basado en evidencias anecdóticas, pero los estudios de campo y de laboratorio están arrojando luz sobre esta área de potencial importancia.

Se ha mostrado que la resistencia a los CAC en Pseudomonas spp. era mayor en un sistema en el que previamente se habían usado y que un panel de bacterias era más resistente a los glutaraldehídos en granjas donde se habían usado antes.

En un estudio de 286 aislados de salmonela recolectados en granjas avícolas danesas, o especialmente adaptados para imitar el desarrollo de la resistencia, se probó la resistencia contra el formaldehído, CAC, combinaciones de glutaraldehído/CAC, fenólicos y desinfectantes a base de peroxígeno

Los investigadores hicieron notar que la mejor eficacia se encontró con un desinfectante oxidante a base de peroxígeno, además de que también hicieron notar que el uso previo de una desinfectante oxidante redujo la cantidad necesaria para una desinfección repetida. No hubo necesidad de rotarlo para dejar los desinfectantes oxidantes a base de peroxígeno.

Un grupo posterior de estudios se enfocó el desarrollo de la resistencia a los desinfectantes después de la exposición repetida a CAC, mezclas de glutaraldehído/CAC, fenólicos y el desinfectante oxidante a base de peroxígeno. Encontraron que la salmonela expuesta a desinfectantes respondió con el incremento de las bombas de flujo activo en la célula bacteriana.

Estas bombas bombean activamente el desinfectante hacia fuera de la célula y por lo tanto, hace que ésta sea menos susceptible a este compuesto.

Lo que es más importante, es que encontraron que la salmonela expuesta al desinfectante oxidante a base de peroxígeno no demostró fácilmente este efecto y que no es probable que lo bombee para sacarlo de la célula. Esto significa que la exposición repetida a un desinfectante oxidante es mucho menos probable que conduzca a resistencia adquirida al desinfectante que otros desinfectantes: otra razón del porqué no hay necesidad de hacer rotación.

Un hallazgo adicional importante fue que estas bombas de flujo activo que llevan a la resistencia a la desinfección también pueden bombear antibióticos hacia afuera. Esto significa que el uso repetido de los CAC, mezclas de glutaraldehído/CAC o fenólicos puede aumentar la resistencia a los antibióticos, pero que el uso repetido de un desinfectante oxidante tiene el menor potencial de que esto suceda.

Estrategia sencilla

Estos hallazgos indican fuertemente que la rotación de desinfectantes de diferentes clases presenta poco o ningún beneficio. Para lograr la mejor eficacia desinfectante, debe escogerse un desinfectante con un amplio espectro de actividad probado independientemente contra los organismos as controlarse. Debe ser capaz de funcionar en todas las temperaturas, además de que deben estar limpias aquellas superficies en las que se aplica. Lo más importante es que se debe usar correctamente.

Para evitar la resistencia adquirida, necesita seleccionarse un desinfectante que tenga poco impacto sobre las bombas de flujo activo y que se vea muy poco afectado por éstas. De preferencia, el uso repetido de este desinfectante debe reducir el nivel de este compuesto que se vaya a necesitar en el futuro. El uso de un desinfectante que logre todos estos requisitos básicos va a ayudar a minimizar la resistencia a la desinfección y a evitar la necesidad de rotar los desinfectantes. - Poultry International