domingo, 16 de octubre de 2011

Estudio realizado para comparar los tipos de cargues usados en avicultura

Tomado de engormix
Autor: Oscar Andres Hernandez Ramos, Médico Veterinario Zootecnista, Colombia.
Resultados del cargue tradicional vs cargue argentino.
Para evaluar estos tipos de cargue (tradicional vs argentino) se hicieron 4 pruebas una bajo condiciones controladas y supervisadas y otra bajo condiciones normales de proceso en la planta de sacrificio sin supervisión cada una para los 2 tipos de cargues de pollo en pie.
Para esta prueba se tomo como prioridad respecto a las lesiones: los hematomas en ala, muslo, pechuga, fracturas y luxaciones, parámetros evaluados diariamente en el formato de inspección (ver anexo tabla 3 y 4).
Tabla 17.  Distribución de muestreos de los cargues.
Diariamente se inspeccionaban 2200 aves, estas fueron seleccionadas e identificadas  en las granjas teniendo en cuenta que no presentaran ningún tipo de lesión , antes de realizar el proceso de cargue y transporte, esta evaluación se realizo por 4 semanas, en las primeras 2 semanas se evaluaron los 2 cargues bajo supervisión y control, y en la otras 2 semanas restantes se evaluaron los 2 cargues , pero sin supervisión bajo condiciones normales de sacrificio en la planta. En las 2 semanas de inicio se evaluaron 30,800 aves, al igual que en las 2 semanas siguientes, por lo tanto se tuvo un total de 61,600 aves utilizadas en esta prueba.
Al llegar a la planta de sacrificio fueron inspeccionadas antes de ser colgadas.
En la semana 1 se implemento el cargue tradicional bajo la supervisión del médico veterinario inspector de la planta de sacrificio y del médico veterinario encargado de la granja avícola, se utilizaron 15,400 aves en la semana 1.
En la semana 2, se implemento el cargue argentino bajo la supervisión de los médicos veterinarios y se evaluaron 15,400 aves.
En la semana 3, se implemento nuevamente el cargue tradicional pero sin ninguna supervisión, ni control a la hora de realizar el cargue, se utilizaron 15,400 aves.
En la semana 4, se implemento el cargue argentino, sin supervisión, y se utilizaron 15,400 aves para esta prueba.
Para esta evaluación se utilizaron las granjas que se encontraban previamente programadas para según las fechas de sacrificio. Entre ellas tenemos: Santa maría, El palmar, Sinaí,  villa ponedera, cartama, tierra alegre y comadreja. 
 Tabla 18.  Resultados de inspección semana 1 (cargue tradicional)

Tabla 19. Resultados de inspección semana 2(cargue argentino).

Tabla 20. Diferencia entre los 2 tipos de cargues.
Después de realizar este estudio fue evidente la diferencia entre los 2 tipos de cargues, teniendo un mejor comportamiento el cargue argentino bajo la supervisión, que radico en garantizar la utilización de este metodo de la mejor forma, es así como se tuvo diferencias del 3.9% de hematomas en ala entre los 2 cargues, 1.8 % de hematomas en muslo, 0.1% de diferencia en hematoma en pechuga, 2.5% de fracturas y 1.2% en cuento a las luxaciones.
Estos resultados demostraron que el cargue es un factor que afecta la calidad de las aves, principalmente  de las alas y los muslos, siendo estas dos características las que presentaron un mayor porcentaje en ambos cargues.
De igual manera la utilización de tubos dentro de los galpones, el ingreso de los guacales por medio de estos y la sujeción del ave por el cuerpo, mejoran la calidad de la canal. Cervantes (2009), afirma que la utilización de este método de cargue por medio de tubos y sujetando al ave por el cuerpo reduce en un 0.05% al máximo los golpes y traumatismos ocasionados durante la captura.
Tabla 21. Resultados de inspección semana 3 (cargue tradicional).
Tabla 22. Resultados de inspección semana 4(cargue argentino).
Tabla 23. Diferencia entre los 2 tipos de cargues sin supervisión.
Esta segunda prueba se realizo con el fin de comprobar una hipótesis que se genero después de haber implementado el sistema de cargue argentino en INDUSTRIAS PUROPOLLO S.A, en la prueba Nº1 se demostró que existía una diferencia entre los dos tipos de cargues, siendo el cargue argentino quien generaba menos alteraciones en la canal.
Después de unos días de implementado el cargue argentino se observo en la planta de sacrificio que las lesiones en la canal tales como hematomas en ala y muslo seguían iguales sin importar el tipo de cargue utilizado.
Como se observo en la tabla 20 de diferencias de la prueba Nº1 los hematomas en ala en ambos tipos de cargue mantuvieron una diferencia del 3.9% y los hematomas en muslo del 1.8%, resultados significativos para mejorar la calidad de nuestro producto.
Pero en la tabla 23 de diferencias de la prueba Nº2, no existieron diferencias significativas entre los dos tipos de cargues, presentando un porcentaje de lesión en ala y muslo muy similares. Es así como se tuvo una diferencia del 0.2% de hematoma en ala y del 0,4% de hematoma en muslo.
Estos resultados demostraron que independientemente del tipo de cargue utilizado, los operarios y su paradigma de que hay que tener los pollos en la planta de sacrificio  a tiempo sin importar cuánto se afecte la calidad del producto, es un factor determinante que disminuye la calidad de nuestro producto.

Tratamiento del Estrés calórico en el agua de bebida

Tomado de engormix

Autor: Eduardo Marcuello. Departamento Técnico de Invesa. División Internacional.
El estrés calórico es uno de los problemas que causa mayores pérdidas económicas en las granjas avícolas de América Latina. Una gran mayoría de las granjas avícolas son abiertas y debido a esto es muy difícil realizar un buen control de las condiciones ambientales.
Como consecuencia el estrés calórico afecta prácticamente durante todo el año, no sólo en la época seca sino también en la época de lluvias, en la que además del calor, la alta humedad es un factor muy estresante para las aves. En general, se considera que el estrés calórico comienza cuando la combinación de la temperatura y la humedad relativa es superior al valor de 105.
Año tras año el estrés calórico golpea a nuestras granjas, y muchas veces no somos conscientes de las pérdidas económicas diarias que estamos teniendo como consecuencia de elevadas mortalidades, disminución de la producción, reducción de la calidad de nuestros productos y mayor susceptibilidad a padecer procesos patológicos por una disminución de la activación del sistema inmune.
                     Bajas como consecuencia del estrés calórico (foto del autor).
A la hora de poner remedios, como mejorar las instalaciones o aplicar determinados tratamientos a las aves, somos reacios al ver el dinero que cuestan estas medidas y en cambio no analizamos bien lo que ya estamos perdiendo. En mi opinión, una medida determinada, no hay que considerarla por el gasto inicial que representa, sino por lo que te puede devolver, es decir, el retorno de inversión.
Bajas por estrés calórico (foto del autor).
Las aves son una especie animal muy susceptible al estrés calórico y esto es muy difícil cambiarlo, al menos a corto plazo. Lo que sí tenemos que intentar es mitigar el estrés que sufre el ave, tanto con medidas de manejo como con tratamientos.
Una sola medida no va a solucionar el problema. Tenemos que combinar mejoras de manejo, mejoras de las instalaciones, medidas aplicadas en la dieta y tratamientos en el agua de bebida.
Necropsia de un broiler afectado por estrés calórico (foto del autor).
Presencia típica de cianosis en la piel.
La utilización de ventiladores en las granjas avícolas afectadas por estrés calórico mitigan en cierto modo el estrés que sufre el ave, pero esta medida de manejo no soluciona el problema al 100%. Con frecuencia se observan aves postradas con hiperventilación a pesar de la presencia de ventiladores. Por ello es muy importante realizar tratamientos vía agua de bebida, que son más efectivos que los tratamientos vía pienso, ya que la tendencia del ave bajo estrés calórico es la de disminuir el consumo de pienso para reducir la producción de calor endógeno.
Pollos postrados por calor a pesar de la presencia de ventiladores (foto del autor).
A la hora de realizar un tratamiento en el agua de bebida, hay que recordar cuales son las alteraciones fisiológicas que padece el ave bajo estrés calórico:
-         Hiperventilación que conduce inicialmente a alcalosis respiratoria.
-         Pérdida de electrolitos (Na+, K+, Ca2+) en las deyecciones, que conduce a un desequilibrio electrolítico. La pérdida de calcio es importante en si misma ya que empeora la calidad de la cáscara, viéndose en las granjas un aumento de roturas y fisuras de huevos.
-         Pérdida de agua intracelular que conduce a una deshidratación.
-         Acidosis metabólica si persiste durante el suficiente tiempo el estrés calórico.
Cuando la combinación de Temperatura y humedad relativa es muy elevada, la única posibilidad que tiene el ave para disipar el calor es por medio de la hiperventilación. Esta hiperventilación genera inicialmente un aumento del pH o alcalosis respiratoria por exceso de bicarbonato.
Como respuesta, a nivel renal se aumenta la excreción de este bicarbonato junto con iones positivos como el Na+, K+ y Ca2+. Este aumento de la osmolaridad extracelular causa una pérdida de agua intracelular, lo que es compensado por un aumento en el consumo de agua del ave. El aumento en el consumo de agua no es suficiente como mecanismo compensatorio y se instaura una deshidratación, que es una de las causas principales de muerte en el caso de estrés calórico.
Se observa además en todo este proceso un aumento en el nivel de creatinina y aspartato-aminotransferasa, lo que indica un fallo renal y hepático.
Posteriormente a la alcalosis respiratoria, si el estrés calórico persiste, se instaura una acidosis metabólica como consecuencia de una reducción en el suministro de oxígeno a los tejidos, por una redistribución del flujo sanguíneo a la piel así como por la deshidratación. Con la acidosis metabólica, muchos órganos internos no pueden funcionar correctamente, y aparece pronto una insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, postración y muerte. La acidosis metabólica también es promovida por la pérdida constante de bicarbonato.
Por todo esto, para luchar contra el estrés calórico se pueden por un lado administrar electrolitos en el agua de bebida. Los principales electrolitos que se utilizan son el Bicarbonato Sódico (NaHCO3), el Cloruro de sodio (NaCl), el Cloruro Potásico (KCl) y el Cloruro de Amonio (NH4Cl). Estos electrolitos son beneficiosos ya que inducen un aumento en el consumo de agua, pero también dan lugar a la presencia de camas húmedas, lo que puede llegar a ser perjudicial.
Hay que tener en cuenta que el Bicarbonato de Sodio, si bien ayuda a reducir la acidosis metabólica, en las fases iniciales del estrés calórico puede aumentar la alcalosis respiratoria y dar lugar a un aumento en la mortalidad.
Para evitar el problema de la aparición de heces pastosas al aplicar electrolitos, se puede administrar al mismo tiempo Betaína al agua de bebida. La Betaína, es un producto natural que se obtiene de algunas plantas como la remolacha, en las que actúa como osmorregulador. La Betaína actúa como un osmolito intracelular que compensa el diferencial electrolítico que se genera con la pérdida de agua y potasio en las aves y ayuda a mantener el balance hídrico celular evitando la deshidratación y reduciendo el daño tisular. Además, otra de sus ventajas es que este mecanismo necesita menos energía que el movimiento de iones por medio de las tradicionales bombas Na+ K+ ATPasas. Esta energía extra la puede usar el ave para fines productivos. No hay que olvidar también que la betaína tiene un efecto de protección de las células intestinales por su efecto osmorregulador, lo cual puede ser beneficioso en casos de coccidiosis y enteritis necrótica. Diversos autores han demostrado la efectividad de la Betaína en el caso del estrés calórico (Tabla 1).
Tabla 1. Efecto de la administración de betaína sobre los resultados productivos de broilers sometidos a estrés por calor desde los 19 a 48 días de edad.
Parámetro
Control
Betaína vía agua
0,05 %
0,10 %
Peso, g
2,240
2.292
2,326
Índice conversión
2,14
2,11
2,05
Supervivencia, %
84,9
93,8
98,0
La aplicación de Vitamina C también tiene un efecto beneficioso en el estrés calórico, al reducir los niveles de corticosteroides séricos y totales del ave, reduciendo por lo tanto el estrés y mejorando las variables productivas (Tabla 2). Los corticosteroides son los responsables de las respuestas compensatorias del ave estresada por calor, tales como la hiperventilación, el bombeo de sangre hacia zonas periféricas y la disminución de la actividad del sistema inmune (inmunosupresión). No hay que olvidar por ejemplo que la hiperventilación representa un gasto energético muy grande para el ave, consumiendo alrededor de 540 calorías para eliminar 1 gr de agua.
Tabla 2. Efecto de la administración de Vitamina C (ácido ascórbico) sobre la reducción de Corticosteroides plasmáticos y mortalidad en broilers afectados por estrés calórico. Thaxton y Pardue; 1984.
Tratamiento
Sin calor
Con calor
Ac. Ascórbico (mg/kg)
0
1000
0
1000
Corticosteroides plasmáticos (mg/ml)
2,4
2,4
22,0
7,3
Mortalidad (%)
3,2
4,9
18,1
8,8
También se ha descrito que productos antioxidantes pueden tener utilidad en el estrés calórico, como la adición de Zinc en la dieta o la administración de Vitamina E y Selenio. La administración de ácido acetilsalicílico también puede ayudar por su efecto vasodilatador, que puede mejorar la ventilación del ave, y compensar algo la acidosis metabólica.
Así no hay un único ingrediente que nos vaya a solucionar el problema del estrés calórico, sino una combinación de los mismos. Y no hay que olvidar que, para tener éxito al aplicar un producto en el agua de bebida, es importante que el agua sea de calidad y fresca. En este sentido el mentol es una sustancia natural que puede ayudar a hacer esta agua de bebida más apetecible.
Bibliografía:
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- McKee, J.S., Harrison, P.C. (1995) Effects of Supplemental Ascorbic Acid on the Performance of Broiler Chickens Exposed to Multiple Concurrent Stressors. Poultry Science, 74:1772-1785.
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- Veldkamp, T., Kwakkel, R. P., Ferket, P. R. and Verstegen, M.W.A. (December 2002) Impact of ambient temperature and age on dietary lysine and energy in turkey production. World''''s Poultry Science Journal, 58:475-491.
- Whitehead, C.C., Keller, T. (2003) An update on ascorbic acid in poultry.  World''''s Poultry Science Journal 59:161-184.
- Farmacología Clínica en Aves Comerciales, cuarta edición. Héctor Sumano López. Cáp. 12. Bases farmacológicas del tratamiento del estrés calórico en aves. 

El único buen huevo de una reproductora es un huevo fertilizado

Tomado de El sitio avicola

El objetivo principal del manejo de una reproductora pesada es producir huevos, pero el único buen huevo de una reproductora es un huevo fertilizado, de acuerdo con el Dr. Chris McDaniel, Profesor de Ciencias Avícolas en la Universidad del Estado de Mississippi.

El único buen huevo de una reproductora es un huevo fertilizado
La fertilidad, o el porcentaje de huevos puestos que se fertilizan, es muy importante en la producción avícola. Si el huevo no es fertilizado, entonces, por supuesto, no contiene un embrión y no eclosionará. En pocas palabras, la incubabilidad no puede ser mejor que la fertilidad, según el profesor McDaniel.

La incubabilidad está ocho puntos porcentuales por debajo de la fertilidad ya que muchos embriones de pollito por lo general se pierden durante la incubación. Por ejemplo, incluso si se fertilizan 93% de los huevos puestos, después, bajo condiciones de incubación normales, únicamente 85% de los huevos eclosionarán. Este ejemplo ilustra que la fertilidad debe ser muy buena para lograr una incubabilidad por arriba del promedio y se pague el bono por eclosión.

Las reproductoras se deben mantener bajo condiciones ideales para lograr la vida máxima de la fertilidad de la parvada. El sistema reproductivo de los pollos es muy sensible al entorno de las aves y, cuando están en malas condiciones, su sistema reproductor mengua.

Por ejemplo, el entorno puede causar que los testículos del gallo aumenten o disminuyan en tamaño varios cientos de veces. Pero, antes de que podamos entender qué factores del manejo influyen en la fertilidad, primero debemos examinar el fascinante proceso de la fertilización en las aves.

Fertilización

La fertilización en cualquier animal depende de la producción de óvulos de la hembra y esperma del macho. Un problema en la producción ya sea de espermas o de óvulos, puede reducir la fertilidad. El sistema reproductor del gallo es más simple que el de los humanos y el de otros mamíferos. El gallo no tiene próstata ni otras glándulas reproductivas accesorias. Al igual que todos los demás animales, el esperma de los pollos lleva el material genético del gallo y se produce en los testículos.

El gallo tiene dos muy grandes testículos dentro de la cavidad abdominal a cada lado de la espina dorsal. Una vez que los espermas salen de los testículos, entran en el epidídimo, donde pueden nadar. Después, los espermas entran al conducto deferente, donde se almacenan hasta que el gallo se aparea con la gallina.

La formación de esperma dura unos 15 días. El semen del gallo contiene alrededor de cinco mil millones de espermatozoides por centímetro cúbico, unas 40 veces más que el del humano. Una vez que el gallo está maduro, y si se le mantiene adecuadamente, fabrica unos 35,000 espermatozoides cada segundo de su vida.

Pero igual que los machos de muchas especies animales, el potencial de fertilización de los gallos varía, incluso dentro de la misma parvada. Por ejemplo, algunos gallos son extremadamente fértiles y crean el número máximo de espermas de calidad; mientras que otros son subfértiles y no producen suficiente esperma bueno. Esta variación en la calidad de los gallos se debe al manejo, el medio ambiente, la nutrición y la genética.

La gallina

La gallina no produce tantos huevos como el gallo produce esperma, pero durante sus 40 semanas de producción, la gallina reproductora pesada pone unos 180. La formación del huevo requiere cerca de 25 horas. Ya que la formación del huevo requiere más de 24 horas, incluso las mejores gallinas no pueden poner un huevo cada día sin parar en sus vidas productivas. Como en el caso de los gallos, algunas gallinas son más productivas que otras, y el manejo tiene un impacto importante en la variabilidad entre las gallinas.

El sistema reproductor se puede dividir en dos partes principales: el ovario y el oviducto. El ovario produce la yema del huevo. El oviducto agrega la clara, las membranas del cascarón y el cascarón a la yema para completar la formación del huevo.

La gallina sólo tiene un ovario, que se encuentra en el lado izquierdo de su abdomen. El ovario tiene varios miles de óvulos (yemas de huevo) en diferentes etapas de desarrollo y que tienen la apariencia de un racimo de uvas.

La yema del huevo

Las yemas muy inmaduras contienen únicamente material genético de la gallina, y a medida que las yemas crecen a un tamaño de 1 mm de diámetro, se hacen blancas. Si se maneja adecuadamente a la gallina, muchas de estas yemas de huevo en evolución maduran en unos 90 días para ser grandes yemas amarillas de 35 mm.

A medida que se desarrolla la yema, obtiene agua, azúcares, grasas, proteínas, vitaminas y minerales de la sangre de la gallina. Todos son necesarios para que se desarrolle el embrión. La yema del huevo está rodeada por la membrana perivitelina. Esto mantiene a todos estos nutrientes en un paquete en forma de pelota.

Una región particularmente visible de la membrana perivitelina es el disco germinal, una pequeña mancha blanca de la mitad del tamaño de la goma de un lápiz que está en la superficie de la yema de huevo amarilla. La fertilización tiene lugar aquí, y se inicia el desarrollo embrionario.

Cuando la yema del huevo está madura, deja el ovario y en unos 20 minutos la captura el infundíbulo, la primera parte del oviducto. Aquí tiene lugar la fertilización. Después del apareamiento, el esperma entre al oviducto de la gallina y se almacena en las glándulas de almacenamiento de esperma. Solo los espermatozoides pueden entrar nadando a estos sitios de almacenamiento de esperma. Estas glándulas pueden almacenar más de medio millón de espermas. Los espermatozoides pueden permanecer con vida en estas glándulas y fertilizar los huevos hasta unas tres semanas.

La gallina presenta su más alta fertilidad durante tan solo tres o cuatro días después de un apareamiento. Por esta razón, la relación macho a hembra en una parvada debe ser suficiente para asegurar el apareamiento de cada gallina cada tres días aproximadamente. Los espermas no cruzarán la cascara del huevo. Por el contrario, viajarán corriente arriba por el oviducto hasta el infundíbulo para unirse a la yema del huevo.

Los espermas se unen a la membrana perivitelina y hacen un orificio al entrar al huevo. Cientos de espermas pueden entrar a la yema. De hecho, cuantos más espermas entren en la yema, más probabilidad hay de fertilizar el huevo. Unos 30 espermas deben entrar en el huevo cerca del disco germinal para asegurar una posibilidad del 95 por ciento de fertilización.

Si bien es cierto que solo un espermatozoide es necesario para fertilizar a un huevo, la probabilidad de que un huevo sea fertilizado por un solo esperma que lo alcance y lo penetre es muy baja.

Después de unos 15 minutos, la yema deja el infundíbulo – fertilizada o no – y recibe la clara de huevo, las membranas del cascarón y el cascarón en las próximas horas mientras recorre las secciones del mágnum, el istmus y el útero del oviducto.

Cuando la gallina pone un huevo fertilizado, el embrión del pollito ya se ha desarrollado durante unas 25 horas en cerca de 20,000 células embrionarias y es un organismo vivo y que respira.

Si el huevo fertilizado se maneja adecuadamente antes y durante la incubación, dará como resultado un pollito sano.

Junio 2011